Cristina Rivera Garza es escritora y académica, su libro más reciente es 'El invencible verano de Liliana', ganador del premio Xavier Villaurrutia.
Extender ese tiempo de residencia es otra manera de preguntarse sobre la duración del sufrimiento de las mujeres y hombres que hemos perdido debido a la violencia de género o la violencia de la guerra. Porque eso es el duelo, de eso se trata: una práctica plural que nos convoca para confirmar que siguen con nosotros, no a la manera de deseo imposible o metafórico o realistamágico, sino como la materia que todavía se resquebraja bajo nuestros pies o se desliza como el aire sobre la piel de todo el cuerpo. Es necesario, como en todas las ofrendas, incluir flores e incienso, alguna fotografía, alimentos y bebidas favoritas, pero este día no hay que olvidar tampoco la sal y agua que les indicarán a los nuestros el camino de regreso y harán patente tanto el amor como la memoria que, en este quehacer colaborativo, se vuelve espacio y tiempo de residencia. Y el 28 de octubre se dedica a las almas de aquellos que hemos perdido debido a algún accidente o a la violencia —un día que en un país como México, afectado por una guerra mal nombrada que sigue sembrando cadáveres en llanos y pueblos, no puede pasar desapercibido—. Así pues, al definir el tiempo de residencia como el tiempo de despertar, Sharpe también lo coloca cerca de la práctica del velatorio y de la huella de toda estela: un tiempo denso, radicalmente compartido, en el que el sufrimiento se vuelve cosa de la comunidad. De manera por demás interesante, el wake también designa al velorio, sobre todo entre las comunidades negras en Estados Unidos, ese tiempo de dolor compartido que nos reúne antes del funeral y del entierro para restituir la presencia de los que se van.
La película "007: Spectre" del agente James Bond mostró una representación del Día de Muertos que terminó por echar raíces en la capital de México a un ...
Para la coreógrafa Priscila Hernández, el desfile "fue un ruidazo a nivel internacional después de la película". "En la película de James Bond están las calaveras con puros y corbata. Fue muy bonito poder hacer esto desde una perspectiva muy visual", le dijo a la revista Chilango. Tracy Smith, una de las supervisoras de vestuario, dijo que tuvieron una gran "libertad creativa". Digo, no se siente como una versión turística de México, por eso es muy importante utilizar artistas locales, artesanos locales, personas con conocimiento real", señaló. Va tomando no solamente forma, sino también sustancia", considera. Y al recordarlos siguen estando presentes, siguen siendo parte de la familia", añade. "La realidad es que la esencia del Día de Muertos consiste en colocar la ofrenda en nuestros hogares. Es recibir a nuestros muertos que nos visitan desde el más allá. Hay gente con máscaras y disfraces por doquier. Enormes calaveras y esqueletos en carros alegóricos avanzan vistosamente. La escena con la que inicia la película "007: Spectre" de la saga James Bond marcó un antes y un después en Ciudad de México.
En 2015 la escena inicial de una entrega de James Bond se filmó en la Ciudad de México, dejando para la posteridad la realización de un 'tradicional' ...
Esta introducción al filme se contextualiza en el Día de Muertos, donde Jame Bond (Daniel Craig) se escabulle en medio del desfile rodeado de catrinas, usando el también un atuendo similar. Curiosamente, la llamada primera imagen del desfile ha sido tomada como sátira por los mexicanos, ya que el primer plano no muestra la tradición del Día de los Muertos ni escenas alusivas a este. La película en cuestión es 007 Spectre, que se estrenó en 2015 y cuya escena inicial fue rodada en la ciudad de México.